sábado, 16 de junio de 2012

Primera parte


Era como cortar el aire con un cuchillo de acero puro, ella lo sabía, su voz era tajante y sus manos cortantes. No quería que se diera cuenta de que  yo era como cualquier chico ( como cualquier chico que ella puede conseguir), no quería que se diera cuenta de que yo no tenía nada de especial, al contrario que ella.


Me azotaban las horas en la nuca, me despertaban, me espabilaban, porque cada segundo que pasaba era un segundo menos junto a ella. Yo lo sé, nunca he estado tan contagiado del aroma de los besos de nadie, pero ¿ sabes? Ella siempre tiende a romper mis esquemas.
Vive la vida como si fuera el guion de una película, es verdad, yo se que su vida es una película y yo soy un mero personaje más.
 Una vez vino a mi casa, traía el pelo recogido , me dijo que quería estar conmigo y nada más, había sido un día duro para ella y se notaba, quería des-estresarse bajo mis sábanas blancas. Está claro que no dudé ni un momento en hacerla mía. Porque era ella, tan indomable pero tan sumisa, tan fiera como niña. Era ella,  y lo que no sabía es que me tenía sólo para ella.



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