sábado, 8 de septiembre de 2012

2-.


Recuerdo momentos de algunas de mis relaciones pasadas, pero como ya he dicho, son recuerdos que carecen de valor para mí. Sin embargo, la relación más intensa que tuve fue con Irene, estuvimos cerca dos años.
Ella vivía en el centro de la ciudad, un piso precioso, decorado de forma muy moderna y minimalista. Recuerdo que tenía cuadros tipo lamina de fotografías colgados en las paredes y uno muy grande de Nueva York encima de su cama . Aunque lo más impresionante sin duda eran las vistas. Desde su ático se veía toda Madrid .La capital parecía infinita bajo su balcón.Veías a la gente pasear como diminutas hormigas, yendo cada una a un lado con prisa, ajenas a las demás personas. Comprendías cómo era la vida mirando desde aquel balcón. Seguramente podías pasarte horas mirando los alrededores ajeno al mundo.

Irene era una chica espectacular, para qué mentir. Estudiaba medicina. Tenía un futuro prometedor.
Su sonrisa podía llenar una habitación. Tenía el pelo  castaño, un castaño claro que le daba a sus bucles un toque de ingenuidad jamás visto. Los ojos castaños también eran grandes y alargados, y en sus curvas cualquier hombre hubiera deseado perecer.
Recuerdo que la conocí en un bar. Charlamos y pronto dijimos de volver a quedar, así poco a poco llegamos a conocernos. Era una mujer casi perfecta: guapa, agradable, me quería..
Solo había un problema, yo a ella no.
Con ella los días pasaban rápidos, estaba llena de vida y le quedaba muchísimo por vivir. Siempre me daba por pensar que su lugar no era conmigo. Una mujer tan llena de vida no podía estar con una persona tan aburrida como yo. Yo no alcazaba a llenar todos sus rincones ni agrupando todas mis fuerzas. Terminó dándose cuenta de que la relación no iba a ningún lado y que si siguiéramos podríamos condenar nuestras vidas a una relación mediocre sumida en la costumbre y el cariño, tanto ella como yo buscábamos amor y pasión. Amor del de verdad.

Tras Irene , entendí que lo que yo buscaba era la combinación perfecta. La combinación más difícil de encontrar . Con los años supe comprender que la vida no nos pone las cosas nada fáciles, y que lo que buscas no suele aparecer en tu puerta.

lunes, 3 de septiembre de 2012

1-.


Pasaron  los años .


Yo me encontraba buscando trabajo. Hacia un año que me había diplomado en empresariales y aún no encontraba trabajo en lo mío. Eran tiempos difíciles.
Tenía 23 años. Vivía en un pequeño piso no muy céntrico con lo necesario para vivir. Era un piso sencillo, tenía su dormitorio , cocina americana, salón y un pequeño cuarto de baño. Lo justo para vivir. Llevaba poco tiempo viviendo allí y se notaba porque las paredes estaban vacías y la casa aún no albergaba ningún recuerdo mío. Iba pagando las facturas y el alquiler con los ahorros de becas y trabajos eventuales de verano, además de alguna que otra ayuda paterna.
No se me hacía difícil pues todos los veranos cogía algún trabajo a sabiendas de que más tarde necesitaría dinero. Un verano estuve en un sitio de comida rápida en el que pagaban fatal, otro verano de dependiente en un súper mercado y así verano tras verano hasta que terminé la carrera.


En  ese momento mi vida estaba hueca. No tenía nada en lo que pensar, nada que ocupara mis días ni nada que me reconcomiera el alma, estaba vacío. Había pasado por varias relaciones, pero todas dejaban a su paso  ese vacío propio de aquellas relaciones que no marcan, que viven en el presente y no vuelven al futuro con recuerdos del pasado. Yo las llamaba relaciones a corto plazo, las llamaba así porque aunque duraran mucho ,cuando terminaban no quedaba ningún resquicio de ellas en mi cuerpo.
No obstante, aunque todas mis relaciones habían sido “a corto plazo” sabía que no toda mi vida iba a ser así. Que algún día encontraría a alguien que elevara mis días, que calentara mi corazón, que fuera mi vicio y que tras ella hubiera recuerdos con los que sonreír .O llorar.